En estos días, se han escuchado en diversos medios noticias sobre una posible recesión económica mundial, provocados por las condiciones imperantes en dos naciones clave en la economía internacional, Estados Unidos de Norteamérica y China, que juntos representan más del 50% de comercio internacional actual; adicionalmente, el conflicto entre Rusia y Ucrania contribuye a la incertidumbre en los suministros de energéticos, especialmente para Europa, ante la llegada del invierno y, por consecuencia, las economías emergentes como México y el resto de Latinoamérica y algunas asiáticas sufren los efectos de estas situaciones con amenazas de devaluaciones, inflaciones aceleradas, estancamiento o recesión que ponen en riesgo la inversión extranjera directa.
En nuestro país, las políticas económica y fiscal plantean también retos interesantes para las cadenas de suministro ante la llegada inminente de la versión 4.0 de facturación electrónica, el Complemento Carta Porte y otros ordenamientos y controles que, invariablemente, modificarán la manera en que se trasladan los productos de un punto de origen a otro de destino. Asimismo, las consultas y paneles de solución de controversias con nuestro socio comercial más importante repercutirán, de algún modo, en las estrategias de ventas, suministro y distribución de las empresas.
En este contexto, las cadenas de suministro tanto domésticas como internacionales deben estar alertas para adaptar sus estrategias a este entorno que puede representar incrementos de precios, escasez de insumos o de medios de transporte, aumento de restricciones arancelarias y no arancelarias en los países con más protección de su comercio exterior además de las típicas presiones del cierre de año en términos de ventas, entregas y reconocimiento de ingresos.
Los encargados de la logística de las empresas deberán estar actualizados en todos estos escenarios para poder tomar decisiones acertadas y oportunas que les permitan satisfacer los requerimientos de sus empresas, sus clientes y su operación. El fin de año es siempre un periodo de mucha presión y ansiedad para las áreas operativas y es menester saber administrarlas y gestionarlas para cumplir con las expectativas que se tienen de ellas.
Prepararse con contratos de transporte, almacenaje, distribución local e internacional de acuerdo con las prioridades de la empresa, establecer niveles de inventarios adecuados y anticipar situaciones que puedan representar riesgos desde los puntos de vista comercial, operativo, financiero y legal, garantizará el cumplimiento máximo de objetivos y expectativas y un cierre de año sin sobresaltos y permitirá estar atentos a los cambios que el entorno mundial represente para el año que iniciará en dos meses.
Por: Luis Masse Torres – Socio Director, Lead Time S de RL de CV
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